”Después de la batalla de San Mateo sobrevinieron grandes infortunios: las derrotas en la Puerta, en Aragua, y la muy sangrienta de Urica, dieron en tierra con la independencia en Venezuela. Libertó, pues, Bolívar a su patria en corta y brillante campaña del yugo de Monteverde; luego, con la funesta reacción realista, comenzó una guerra de exterminio, y el concurso de circunstancias fecundas en hechos que no pudieron conjurarse, obligaron al caudillo americano a abandonar por segunda vez a Venezuela y a buscar refugio en la Nueva Granada. He aquí por qué se presentó de nuevo en Cartagena.

12.- ”Bolívar se encaminó a Tunja a dar cuenta al Congreso de su conducta en Venezuela, y en Pamplona se unió a Urdaneta quien, como se dijo, venía a marchas forzadas obedeciendo las órdenes del cuerpo soberano. El encuentro de aquél con sus antiguos camaradas en Pamplona, produjo, refiere el Coronel José de Austria, en su Bosquejo histórico, «las más grandes emociones de patriotismo y cordialidad.

 

«El Libertador se presentó en la barra del Congreso pidiendo la palabra para hacer una extensa y verídica relación de sus campañas, refiriendo con exactitud los sucesos, las batallas, los contrastes y las desgracias de su patria... Habló con elocuencia, con inspiración, como quien tenía tAnta fuerza en el decir; pintó en un bello cuadro los accidentes prósperos y adversos que habían tenido lugar desde su salida de la Nueva Granada; pidió que se examinara su conducta con esmero y se juzgara con imparcialidad. El Presidente, casi interrumpiéndole, le contestó: «General, vuestra patria no ha muerto mientras exista vuestra espada: con ella volveréis a rescatarla del dominio de sus opresores. El Congreso granadino os dará su protección porque está satisfecho de vuestro proceder. Habéis sido un militar desgraciado, pero sois un hombre grande.»

"El ejecutivo de la Unión dio al General Bolívar el mando del ejército destinado contra la capital, y él marchó al frente de mil ochocientos hombres. Al pisar el territorio de Cundinamarca, los pueblos, menos el de Santa Fe, se declararon en favor del Congreso. Alvarez tenia para defenderse mil cuatrocientos soldados al mando del General José Ramón de Leiva, quien había regresado del sur; estas tropas estaban entusiasmadas porque se les hizo creer que la guerra era en favor de la religión y que el Congreso deseaba destruir la capital.

 

"El dictador contestó negativamente a la intimación que le hizo el ejecutivo federal, y se preparó con cañones y fosos que se abrieron a las entradas de la ciudad. El General de la Unión, desde su campamento alzado en las cercanías de Santa Fe, por la parte occidental, intimó rendición a Alvarez, por dos veces; se denegó éste y Bolívar ocupó sucesivamente los barrios de Santa Bárbara y San Victorino, y propuso nuevo avenimiento, pero no se obtuvo. El 12 de diciembre de 1814, viendo Alvarez que no podía prolongar la resistencia, propuso capitulación, la que se ajustó, quedando sometida Cundinamarca, como las otras provincias, a la Unión, y garantizándose la vida y las propiedades de los ciudadanos. La resistencia produjo algunas pérdidas en las tropas federales, siendo menor en las de los sitiados, que combatieron protegidos por los edificios. Por esta acción dio el gobierno a Bolívar el despacho de Capitán General.

 

"Reunióse luégo el Colegio Electoral, que nombró interinamente Gobernador de la provincia al Brigadier José Miguel Pey, e invitó al Congreso y al gobierno a que se trasladasen a la capital. Incorporada Cundinamarca en la confederación, Mariquita volvió a ser provincia independiente.

 

"El año de 1814 concluyó con el acontecimiento trascendental del triunfo del federalismo, o sea la incorporación de Cundinamarca en las Provincias Unidas; pero el país estaba en gravísimo peligro de la invasión española: sólo se había libertado de los realistas la provincia de Pamplona, y ellos eran dueños de Popayán, Riohacha, el Istmo de Panamá y Santa Marta.

 

"El estado de las demás provincias por el mismo tiempo era este: las de Tunja y el Socorro estaban tranquillas y sus habitantes, en lo general, prontos a defender la independencia; la de Casanare corría gran riesgo, pues el Coronel español Sebastián Calzada tenía tropas realistas en el lugar inmediato de Guasdualito. Sin embargo, los habitantes de Casanare eran muy patriotas, poseían ganados y caballos, sus jinetes armados de lanza se distinguieron en varias refriegas y los soldados, en número de más de mil, estaban bajo el mando del bravo Francisco Olmedilla. El gobierno general dio a Casanare un auxilio de los oficiales de caballería que trajo el General Urdaneta de Venezuela a Cúcuta, y fueron a aquella provincia el Coronel Miguel Valdés, el Sargento Mayor Pedro León Torres con doscientos hombres, y otros oficiales que emprendieron camino por la Salina de Chita, en donde se les reunió el llamado después León de Apure, el entonces capitán José Antonio Páez. Fue esta la base del ejército de Oriente".

 

 

(“Historia de Colombia para la Enseñanza Secundaria” - Escrito por Jesús María Henao y Gerardo Arrubla. Internet: http://books.google.es/books?pg=PA289&lpg=PA290&dq= colom bia%20tratado%20de%20