”En la mañana del 9 de enero (1813) se presentó Baraya con sus tres mil soldados, mal armados en lo general, atacando con el grueso y lo mejor de la tropa por San Victorino y con otra parte por San Diego; la fuerza de Girardot, que había ocupado a Monserrate, no obró en el ataque, simultáneamente, descendiendo a la ciudad por el costado oriental, por causa de un ardid preparado por Nariño.

”Trabado el combate con encarnizamiento, los soldados federalistas lanzaban sus tiros desde las tapias de los solares que habían tomado y los de Nariño, que eran un poco más de mil, de los cuales sólo entró en acción la tercera parte, se defendían en sus trincheras. Cerca de dos horas duró el fuego y el triunfo fue completo para las fuerzas de Nariño: el Gobernador de Tunja, Niño, varios oficiales, entre ellos Francisco de P. Santander y Rafael Urdaneta, y unos mil soldados fueron hechos prisioneros; fusiles, piezas de artillería y muchos pertrechos cayeron en poder del vencedor; se salvó con su tropa el Teniente Coronel Girardot, quien por el engaño dicho había presenciado inmóvil el combate y se retiró después a Tunja. Los muertos y heridos fueron pocos, en uno y otro campo; Nariño se mostró humano y generoso con los prisioneros y decretó, como recompensa a los vencedores, escudos de honor.

 

”Días después de la victoria, el Gobernador interino de Tunja, doctor José María del Castillo y Rada ,anunciaba oficialmente a Nariño, de acuerdo con el Congreso, que la provincia de Tunja convendría en establecer un solo gobierno central hasta asegurar la libertad de la patria, y proponía el canje de prisioneros y la suspensión de armas para negociar. Accedió Nariño y puso en libertad a los prisioneros; pero el arreglo de los asuntos principales, tras largas y frecuentes conferencias, quedó reducido únicamente a prometerse paz y amistad y al reconocimiento del jefe centralista como Presidente de Cundinamarca. De esta manera concluyó aquella guerra civil provocada por el Congreso y aceptada por Nariño, quien había abierto, primero, las hostilidades.

 

(“Historia de Colombia para la Enseñanza Secundaria” - Escrito por Jesús María Henao y Gerardo Arrubla. Internet: http://books.google.es/books?pg=PA289&lpg=PA290&dq= colom bia%20tratado%20de%20

 

JUAN SÁMANO
JUAN SÁMANO

9.- “La invasión de las tropas realistas al mando de don Juan Sámano, por el sur del país, fue un acontecimiento que influyó poderosamente en la política de Cundinamarca. AI saberse aquel suceso, la alarma se apoderó de los espíritus y algunos diputados del Congreso reunido en Tunja instaron a Nariño para que enviara auxilios a Popayán. El Presidente de Cundinamarca ofreció ir en persona a la campaña, si el Congreso ponía bajo su mando las fuerzas de la Unión con aquel fin, y si ordenaba a las provincias que le dieran auxilios para las operaciones militares. El Congreso aceptó y le dio las gracias con expresiones lisonjeras por su patriotismo, y el Poder Ejecutivo de la Unión dispuso que se enviasen a Nariño los recursos que pidiera como a jefe de la expedición que iba a emprender, y que las tropas del Socorro quedaran a sus órdenes para alejar los temores de que pudiesen hostilizar la capital.

  

”En todas partes se recibió con júbilo la noticia de la proyectada campaña de Nariño al sur con las fuerzas de Cundinamarca y de la Confederación, y se tuvo esto como augurio de paz interior y de seguridad para la causa de la independencia.

 

”Antes de emprender operaciones (13 de junio de 1813) Nariño declaró terminada la dictadura, que había ejercido con moderación y humanidad. Inicialmente, el Colegio Electoral no aceptó su renuncia. El 4 de Julio elegiría al tío de Nariño, Manuel Bernardo Alvarez y Casal, como gobernador de un consejo de emergencia y el 29 de agosto, por acuerdo del mismo Colegio, Alvarez y Casal reemplazaría a Nariño en la presidencia de Cundinamarca, y el doctor Ignacio Herrera y don José Diago serían designados consejeros.