- II - GUERRA DE LOS CONVENTOS O DE LOS SUPREMOS - 1840

 

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------JOSÉ IGNACIO DE ---------------MÁRQUEZ----------
------JOSÉ IGNACIO DE ---------------MÁRQUEZ----------

1.- Una alianza de ex bolivarianos y ex santanderistas en el Congreso eligió en 1835 a José Ignacio de Márquez como vicepresidente de la República y más tarde - en 1837 - como presidente. En ambas ocasiones su contendor fue José María Obando, candidato del partido santanderista. Aunque el santanderismo llegaría incluso a un alzamiento armado para combatirlo, Márquez sería el primer presidente civil en terminar su período de gobierno en la historia republicana de Colombia.

 

Márquez dio inicio a su gestión con medidas conciliatorias hacia el santanderismo, por lo cual mantuvo en su puesto a la mayoría del gabinete del general Santander y a casi todos los gobernadores de las provincias. Sin embargo, la creciente oposición del partido santanderista y las presiones de los ministeriales - el partido de gobierno - llevaron a Márquez a desplazar paulatinamente a los santanderistas de la administración pública y a reemplazarlos por ministeriales.

 

A un año de iniciada la administración de Márquez, los santanderistas ya habían abandonado el gabinete, y los ex bolivarianos Pedro Alcántara Herrán y Tomás Cipriano de Mosquera habían pasado a ocupar los dos más importantes ministerios. Pese a que la mayor parte de los gobernadores de provincia eran aún santanderistas, este partido asumió que el fortalecimiento de los antiguos bolivarianos a nivel del gabinete de Márquez anunciaba el reinicio de la vieja confrontación con los "dictatoriales", por lo que agudizó su oposición al gobierno y se aprestó a la lucha.

 

A los pocos días de que el general Mosquera fuera nombrado secretario de Guerra, en julio de 1838, La Bandera Nacional, el periódico del general Santander, publicó una serie de artículos de Florentino González donde se revivía la vieja consigna del federalismo, nunca agitada durante la administración Santander, y las cámaras de provincia santanderistas empezaron a dirigir memoriales al Congreso pidiendo la reforma de la Constitución en un sentido federalista. Quedó así anunciado el programa de la próxima confrontación bélica entre los partidos.

 

(“Márquez y la guerra de los supremos. Caudillos regionales contra el gobierno central”. Edición original: 2005-06-11.- Edición en la biblioteca virtual: 2005-06-11.- Publicado: Biblioteca Virtual del Banco de la República.- Creador: Eugenio Gutiérrez Cely).

 

2.- En mayo de 1839, el Congreso determinó suprimir los conventos menores de Pasto, que apenas albergaban a unos pocos monjes ecuatorianos, y destinar sus rentas a la instrucción pública de esa provincia. La oposición a esta orden produjo el 30 de junio siguiente la insurrección de la ultracatólica población de Pasto, en un movimiento que, aunque levantó banderas federalistas, estaba en realidad azuzado por el general Juan José Flores, gobernante del Ecuador, y por la Sociedad Católica de Bogotá, surgida un año antes como expresión política de los sectores más conservadores del país.

 

El partido santanderista condenó la sublevación de Pasto y ofreció al presidente sus servicios para combatirla. Los santanderistas esperaban que Márquez nombrara al general José María Obando para pacificar a Pasto, dado que el ascendiente de este caudillo sobre esa provincia lo convertía en la persona más indicada para aplacar a los sublevados. Con ello el prestigio de Obando se consolidaría y este servicio a la patria lo capitalizaría en las elecciones presidenciales del año siguiente.

 

El presidente Márquez nombró, sin embargo, al general Pedro Alcántara Herrán como comandante de la fuerza militar encargada de sofocar el alzamiento, con lo que destinó los laureles de esta acción militar a aprestigiar más bien a un importante personero del partido de gobierno. Obando, con el fin de evitar que su amistad con los principales cabecillas de la insurrección de Pasto dieran pie para que se le sindicara de la autoría intelectual de la misma, abandonó el Cauca y se dirigió a Bogotá con el objeto, según dijo, de que el gobierno pudiera vigilar de cerca su conducta.

 

En este punto intervino la fatalidad, o el maquiavelismo político, para hacer que una sublevación religiosa en una provincia se convirtiera en una guerra nacional por el federalismo, conocida con el nombre de guerra de los Supremos”.

 

(“Márquez y la guerra de los supremos. Caudillos regionales contra el gobierno central”. Edición original: 2005-06-11.- Edición en la biblioteca virtual: 2005-06-11.- Publicado: Biblioteca Virtual del Banco de la República.- Creador: Eugenio Gutiérrez Cely).

 

3.- Esta guerra se inició en Pasto por motivos religiosos, pues su objetivo inicial fue impedir la ejecución de la ley de supresión de los conventos menores, es decir los de menos de ocho religiosos. La noticia de la supresión de tales conventos ocasionó incendios, tumultos y protestas entre las gentes de Pasto, donde se suprimían los conventos de San Agustín, Santo Domingo y La Merced. La rebelión fue iniciada por el padre Francisco Villota, superior de la Congregación de San Felipe Neri, quien fue nombrado jefe de las masas en una guerra llamada Guerra Santa o guerra de los Conventillos de Pasto.

 

El celo religioso de Pasto atrajo el interés de los Supremos, los caudillos del sur, quienes aprovecharon la rebelión de Pasto para mostrar su oposición al gobierno del presidente José Ignacio de Márquez.

 

(Título: José Ignacio de Márquez.- Autor: Javier Ocampo, López.- Biblioteca Luis Ángel Arango.- Biblioteca Virtual).