7.- La suerte de las armas favoreció al principio a los rebeldes. El 29 de septiembre de 1840, el mismo día en que Obando era derrotado en Huilquipamba, Reyes Patria y González vencieron en La Polonia, cerca a Socorro, a la única tropa regular con que contaba Márquez para dominar la revolución en el interior del país -el resto del ejército estaba en la campaña de Pasto-. Esta victoria acrecentó el prestigio de las fuerzas revolucionarias, cuyas filas aumentaron desde entonces día por día. González se proclamó Jefe Supremo del Estado libre e independiente formado por las ex provincias de Socorro, Tunja, Pamplona, Vélez y Casanare, y se dirigió con su ejército a tomar Bogotá.

 

El presidente Márquez dio por hecho que los federalistas tomarían la capital, por lo cual entregó el gobierno al vicepresidente Domingo Caycedo y emprendió viaje hacia el Cauca, en busca de la protección de la tropas de Herrán y Mosquera, mientras prometía a sus ministros que regresaría al frente de las mismas a rescatar la capital… Si el presidente caía en manos de los revolucionarios, la causa de la legitimidad estaría perdida: tal fue la consideración que hizo Márquez a sus ministros.

 

El presidente llegó a Popayán el 24 de octubre (1840), casi al mismo tiempo que Juan José Neira derrotaba a las tropas federalistas de González en el combate de La Culebrera, cerca a Bogotá. Neira había llegado a Bogotá el mismo día que el presidente la abandonaba, y en menos de dos semanas había organizado un ejército con el apoyo entusiasta de los capitalinos, con el que pudo detener el avance de los rebeldes en La Culebrera. Esta victoria inesperada permitió el regreso de Márquez, no sin antes asegurarse de que las fuerzas de Herrán y Mosquera siguieran muy de cerca sus pasos.

 

(“Márquez y la guerra de los supremos. Caudillos regionales contra el gobierno central”. Edición original: 2005-06-11.- Edición en la biblioteca virtual: 2005-06-11.- Publicado: Biblioteca Virtual del Banco de la República.- Creador: Eugenio Gutiérrez Cely).

 

 8.- La revolución federalista de 1840-41 -la guerra de los Supremos- llevaba en su interior el germen de su propia ruina. Los sublevados no pudieron dar unidad política y militar a su causa, a lo cual contribuyó la derrota de Obando al principio de la guerra, el único caudillo que tenía prestigio nacional entre las fuerzas rebeldes.

 

El presidente Márquez dejó la defensa del gobierno en manos de Mosquera y Herrán, quienes consiguieron batir al detal a las fuerzas de la revolución. La recompensa para estos generales sería la Presidencia de la República, la cual ocuparon inmediatamente después.

 

Márquez terminó su período de gobierno de manera bastante lánguida en medio de la guerra. El pueblo de Bogotá nunca le perdonó su huida a raíz del suceso de La Polonia, y dos meses antes de que entregara la Presidencia le hizo saber que los capitalinos defendían en la guerra la legitimidad, mas no al presidente. Fue así como el 9 de febrero de 1841 ocurrió en Bogotá la Gran Pueblada, cuando una muchedumbre se tomó las calles para protestar por la orden de un juez de liberar a los presos políticos de la oposición. La multitud apedreó las casas de importantes personajes del gobierno y de la oposición, entre ellas la casa del presidente Márquez. El país sólo volvió a elegir un mandatario civil en 1857, dieciséis años después de que Márquez dejara el poder.

 

9.-Como consecuencia de esta cruenta guerra civil, el país vivió el estancamiento económico, la desolación de los campos tras el paso de los ejércitos y el azote de las epidemias.

 

La guerra civil fue ganada por las fuerzas gobiernistas de Márquez, comandadas por los generales Herrán y Mosquera, quienes fueron los siguientes presidentes de la Nueva Granada.

 

El presidente Márquez culminó su período presidencial el 2 de mayo de 1841. Le sucedió el general Herrán, quien gobernó entre los años 1841 y 1845. Márquez se dedicó posteriormente a sus actividades de jurisprudencia y docencia; fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia, dictó clases de Derecho en la Facultad Nacional y dedicó su tiempo a la jurisprudencia. [Ver tomo 2, Historia, "El Estado de la Nueva Granada (1832-1840)", y "La guerra de los Supremos", pp. 309-366].

 

(Título: José Ignacio de Márquez.- Autor: Javier Ocampo, López.- Biblioteca Luis Ángel Arango.- Biblioteca Virtual).