4.- El 31 de agosto de 1839 el general Herrán derrotó en Buesaco la fuerza principal de los sublevados de Pasto, con lo cual se consideró -erróneamente- sofocada la rebelión cristera. La persecución de los reductos de sublevados condujo a la captura de José Erazo, ex guerrillero obandista famoso porque en su casa pernoctó el mariscal Antonio José de Sucre la víspera de morir asesinado en 1830. Eraso apoyaba ahora las fuerzas del gobierno, pero también informaba de sus movimientos a los guerrilleros pastusos. Según la versión oficial, cuando el doble juego de Erazo se descubrió, éste creyó que se le apresaba a causa de su participación en el asesinato de Sucre nueve años atrás y, sin más, confesó los pormenores del magnicidio.

 

Según la versión del gobierno, Erazo denunció como cómplice del asesinato de Sucre al comandante Antonio M. Alvárez, jefe militar de las fuerzas pastusas recién derrotadas por Herrán en Buesaco, y al general José María Obando como el autor intelectual del mismo. Con base en las declaraciones de Erazo, un juez de Pasto dictó orden de captura contra Obando, el más opcionado candidato del partido de oposición para las elecciones presidenciales del siguiente año.

 

Obando abandonó entonces Bogotá, donde había sostenido hacía poco un duelo con su viejo enemigo el general Mosquera, secretario de Guerra del gobierno Márquez, y se dirigió a Pasto con la intención, según afirmó, de afrontar el juicio a que se le llamaba. Al llegar a Popayán encabezó, sin embargo, una corta rebelión contra el gobierno de Márquez, de la que desistió a los pocos días tras un acuerdo con Herrán, con lo que reanudó su viaje a Pasto dispuesto a encarar el juicio por el sesinato de Sucre.

 

Fue así como en 1840, año de elecciones presidenciales, se inició con el más opcionado candidato presidencial de la oposición afrontando un juicio por homicidio en Pasto. ¿Fue este un montaje del gobierno de Márquez, y en particular de sus ministros Herrán y Mosquera, contra Obando y el santanderismo? Imposible saberlo. Lo cierto es que el "oportuno" descubrimiento de los asesinos de Sucre y el consiguiente juicio a Obando vino a constituir el detonante de la guerra de los Supremos a partir del momento en que la muerte de Santander en mayo de 1840 convirtió a Obando en el jefe máximo de la oposición, y en que este caudillo decidió escapar de Pasto (julio de 1840) e iniciar una insurrección para eludir un juicio que le cerraba las vías legales hacia la Presidencia de la República.

 

(“Márquez y la guerra de los supremos. Caudillos regionales contra el gobierno central”. Edición original: 2005-06-11.- Edición en la biblioteca virtual: 2005-06-11.- Publicado: Biblioteca Virtual del Banco de la República.- Creador: Eugenio Gutiérrez Cely).

 

5.- El general José María Obando se pronunció ante el país como Supremo Director de la guerra en Pasto y General en Jefe del Ejército restaurador y Defensor de la Religión del Crucificado.

 

(Título: José Ignacio de Márquez.- Autor: Javier Ocampo, López.- Biblioteca Luis Ángel Arango.- Biblioteca Virtual).

 

6.- La certeza de que la rebelión de Obando se generalizaría a todo el país, si no era derrotada de inmediato, llevó a Márquez a autorizar la invitación de Herrán al presidente Flores del Ecuador para que enviase un ejército en ayuda del gobierno neogranadino. Flores accedió, pues estaba interesado en que Obando fuera castigado por el asesinato de Sucre, lo cual lo eximía a él de la acusación de haber sido el verdadero autor intelectual del magnicidio, mucho más cuando Herrán le ofreció que su ayuda sería recompensada con la cesión de territorios neogranadinos al Ecuador, y cuando Obando anunció en una proclama que el objetivo de su rebelión era "el renacimiento de [la Gran] Colombia bajo un sistema federal" que uniría de nuevo al Ecuador con la Nueva Granada, y llamó al pueblo ecuatoriano a unirse a esta causa y a "castigar a ese monstruo [Flores] que os tiene como esclavos".

 

Las fuerzas combinadas de Flores y Herrán derrotaron a Obando en Huilquipamba, en una victoria pírrica para el gobierno de Márquez, pues el partido de oposición invocó la intervención ecuatoriana y los compromisos que ella implicaba para el gobierno de Márquez, para dar inicio a una sublevación general, justificada además con el argumento de que el juicio a Obando y la invitación a Flores a entrar a la Nueva Granada había sido un montaje del gobierno para realizar las elecciones presidenciales en condiciones de perturbación del orden público, y poder decidir en favor de los antiguos bolivarianos el resultado de las urnas.

 

Fue así como desde el mismo día en que el ejército ecuatoriano cruzó la frontera, los caudillos santanderistas comenzaron en todo el país pronunciamientos militares que dieron inicio a la guerra de los Supremos. Una tras otra se sucedieron las sublevaciones de los principales jefes regionales de la oposición: se insurreccionaron Manuel González en El Socorro, José María Vezga en Mariquita, Juan José Reyes Patria en Sogamoso y Tunja, el padre Rafael María Vásquez en Vélez, Francisco Farfán en Casanare, Salvador Córdova en Antioquia, Francisco Carmona en Ciénaga y Santa Marta, Juan Antonio Gutiérrez de Piñeres en Cartagena, Lorenzo Hernández en Mompós y Tomás Herrera en Panamá. Los caudillos sublevados proclamaron que sus provincias se segregaban de la Nueva Granada y se constituían en Estados Soberanos, asumieron los títulos de Jefes Supremos de los mismos y juraron que se reintegrarían al país sólo cuando éste se organizara en una forma federal. De las veinte provincias de la Nueva Granada, doce quedaron totalmente en manos de la revolución, cuatro fueron ocupadas parcialmente por los rebeldes y en las cuatro restantes el gobierno mantuvo un precario control, a excepción de Bogotá, que, como en la época de la lucha de Nariño contra los federalistas, rodeó en forma casi unánime al gobierno”.

 

(“Márquez y la guerra de los supremos. Caudillos regionales contra el gobierno central”. Edición original: 2005-06-11.- Edición en la biblioteca virtual: 2005-06-11.- Publicado: Biblioteca Virtual del Banco de la República.- Creador: Eugenio Gutiérrez Cely).

 

Por su parte, el gobierno del presidente Márquez contó con el apoyo de los generales Pedro Alcántara Herrán, Tomás Cipriano de Mosquera y Juan José Neira. Entre los combates más importantes de la guerra de los Supremos, destacamos los siguientes: La Polonia, Huilquipamba, Buenavista, La Culebrera, La Chanca, Buesaco, Honda, Aratoca, Riosucio, Tescua, Riofrío y Ocaña. En las batallas de La Culebrera y Buenavista se destacó la acción del general Juan José Neira, decisiva para el triunfo del gobierno legítimo del presidente Márquez”.

 

(Título: José Ignacio de Márquez.- Autor: Javier Ocampo, López.- Biblioteca Luis Ángel Arango.- Biblioteca Virtual).